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Se agradece a Juan P. Alegría por
esta interesante historia, que fuera "robada" desde www.galeon.com/antisecta/espejo.html
Nos damos la libertad de enriquecer la
versión circulante con un par de fotos de nuestro archivo.
No nos cabe la menor duda: Juan participó
en la secta y sabe lo que todos los
viejos integrantes de ésta saben,
pero callan.
Vale recordar: El que calla
es cómplice!
NOTA:La siguiente
historia ha circulado, por lo menos, durante ya unos meses en países
de habla hispana. Ésta, como todas las historias que se desarrollan
gracias a la espontánea verbalidad de amigables y festivas tertulias,
es relatada por algunas personas de una manera y por otras de otra; una
situación que ha motivado la elaboración de una versión
escrita y mas accesible a los muchos, que sin lugar a duda se van a reir
al reconocer al o a los personajes centrales. Se recomienda amablemente
al lector sensible no ponerse muy serio, ni tomarse nada a lo personal.
Después de todo, el (buen) humor es la mejor posición para
encarar esta vida... tan dura y dulce como contradictoria y fascinante.
Versión
de Juan P. Alegría - 23 de Enero de 2001.
SILAS y SILO: ¿QUIÉN
ES QUIÉN?
1) El aprendiz de mesías
Dario Rodrífulez llegó a este mundo en uno de los tantos
países situados a lo largo de la Cordillera de los Andes; en una
ciudad encantadora, campestre y acariciada por un clima muy favorable a
la viticultura y, también, a la creación de historias, leyendas,
y cuentos.
Sin lugar a discusión, Dario demostró a temprana edad
ser muy precoz. Testigos hay que aseveran, que cuando los demás
niños se entretenían con Batman, Flash Gordon, Sandokán,
Máscara Negra, y otros héroes similares, él se interesaba
por Nerón y Calígula. Hazañas y heroísmo eran
para los simples, concluyó el pequeño y habiloso Dario; el
poder sobre otras personas correspondía a los más vivos,
a los auténticamente piolas. Embelesado se imaginaba el espectacular
viaje de Nerón a través de Italia y Grecia. Ahí iba
el emperador… toga blanca, corona de laureles, con un séquito de
esclavos; obligando a las aldeas, a su paso, a aplaudir su música
y actuación. Y el gran Calígula, también entogado,
que invitaba a comer a matrimonios amigos, para después de la comida
ejercer su autoridad y montarse en la esposa del visitante ¿Qué
otra cosa podía ser el sentido de la vida, sino el poder sobre otros?
Ya en sus años púberes, Dario gozaba envolviéndose
en una sabana blanca, en ocasiones usaba otros textiles como cortinas y
manteles del mismo color y, frente a un espejo, ensayaba las maneras imperiales
de Nerón y Calígula; tal como él los creaba con su
vívida fantasía. Caras melodramáticas, miradas impregnadas
de magnetismo, voces resonantes, discursos a multitudes… cada detalle era
estudiado a conciencia. El joven Darío se tomaba esta actividad
tan en serio, que llegó a denominarla "el trabajo". Pero a veces,
claro, le irritaba y hasta entristecía profundamente, que el espejo
le devolviera solamente su propia imagen, y no las multitudes de sus ensueños.
Los ojos benignos de su ciudad natal lo vieron entrar a la adultez
e interesarse intensamente por Adolf Hitler. El Fuhrer (el que guía
o sencillamente el guía, en alemán) era sin duda fascinante;
siempre en escena, con focos de luz apuntándolo, mientras una multitud
uniforme compuesta de no-individuos lo aclamaba con símbolos, banderas
y saludos especialmente dedicados a él. Además; el Fuhrer
hacía que sus lugartenientes se trenzaran con uñas y dientes,
se traicionaran y denigraran entre sí, sólo para congraciarse
con él. ¡Qué figura! Una lástima que hubiera
perdido la guerra; debe de haber tenido un sector apoyo deficiente, concluyó
Dario, luego de profundas meditaciones.
Poco a poco, como producto de un proceso (concepto que ya usaba apenas
podía), surgió en la mente de Dario una figura fenomenal,
que había existido y que se podría decir que aún existía;
una figura que a través de siglos había sido capaz, sin perder
nunca una guerra, de mantenerse en la mente de miles y miles, ya… de países
enteros. Esa figura era nadie menos que el mismísimo Jesucristo,
el mesías de la cristiandad. Nerón, Calígula y Hitler,
si bien le seguían pareciendo guías ilustres por sus ejemplos
de grandeza, no podían competir con Jesucristo en significado y
popularidad.
Tiritando de voz y manos y con los ojos aún más protuberantes
que de costumbre, por la ansiedad del delirio, Dario volvió a cubrirse
con su sábana blanca, ahora plegada como toga de mesías,
y a encarar a su viejo amigo y confidente: el espejo de su casa. ¡Un
mesías al estilo de Jesús!… ¡He ahí una genial
ocurrencia! Dario soñaba con doctrinas salvadoras, visiones apocalípticas,
sermones a masas, metáforas y parábolas ilustrativas, imposiciones
de manos con fines energéticos y curativos, todo tipo de rituales
y ceremonias… en fin, la obsesión crecía vertiginosamente
en su cabeza.
Foto auténtica
El joven Silas ensabanado
y en trance mesiánico. Los pliegos de la sábana se observan
un tanto extraños, puede
ser que esten afectados
por el campo extremadamente energético del "doble" del mesías.
2) El mesías
Una mañana, y después de haber trabajado con su sabana-toga
frente al espejo, Dario se compenetró en los misterios de la Biblia.
De pronto se topó casualmente con un pasaje del Génesis que
decía:
"No caerá el cetro de Judá ni el legislador de
entre sus pies, hasta que no venga Shiloh... ata a la vid su pollino, lava
en vino sus vestidos y en sangre de uva su manto"
Delirante, exclamó: -¡Yo soy el Shiloh que viene! ¡Aquí
estoy con mis vestidos! Y observó en el espejo su propio cuerpo
enrollado en la sábana. Acto seguido lanzó una mirada
al patio de su casa - ¡y justo!... ahí se aburría un
inocente pollino y un poco mas allá se extendían unos verdes
y plácidos viñedos. La escena, aparte de las distancias en
tiempo y geografía, no era exactamente como en la descripción
de los profetas hebreos, pero para Dario esos signos no podían ser
otra cosa que un llamado celestial dirigido única y exclusivamente
a él... ¡A él! !¡A él!
Sólo minutos después de la revelación bíblica
desechó la ocurrencia de llamarse Shiloh; su siempre despierta conciencia
encontró poco creativo eso de copiar tan directamente un nombre
de la Biblia. Silo… si, Silo, un Shiloh modificado sonaba pleno de originalidad.
Además, implicaba una paradoja intelectual, ya que sin las haches
era y no era lo mismo que en la Biblia ¡Qué genial! Silo iba
a ser el nombre con el cual las masas lo aclamarían. Clavó
su mirada en los ojos del ensabanado del espejo, lo apuntó con el
índice y le dijo: "¡Silo… por el nombre de Silo te han de
conocer los sedientos de espíritu y los hambrientos de salvación!!
Luego esbozó una sonrisa y el ensabanado le devolvió la misma
sonrisa; satisfecha y orgullosa.
Días mas tarde, ya mas relajado y con la mente bajo rigurosa
conciencia de sí, Dario, todo un perfeccionista, volvió a
evaluar su logo mesiánico; Silo. Y he aquí, que de pronto
todo su cuerpo fue golpeado y zamarreado por una revelación; otra
revelación, muy distinta a la anterior. "Silas, Silas, Silas…" repetía
una voz que parecía clamar en un enorme desierto a lo Juan el Bautista.
"Silas, Silas, Silas…" la voz se manifestaba alrededor y dentro de él.
Silo suena tonto y aburrido, murmuró desde su estado visionario.
Inmediatamente se plantó la sábana y se posicionó
frente al espejo. ¡Silas… tu serás Silas! Prorrumpió
señalando al ensabanado en el vidrio. En ese instante sucedió
algo extrañísimo, probablemente proveniente de otras esferas,
durante unos segundos tuvo Dario-Silas la sensación de que la figura
del espejo le devolvía la mirada… pero no la complaciente de la
revelación anterior; ¡no! ahora el ensabanado, que no podía
ser otro que él mismo, le devolvía una mirada herida, ¡subrayada
por una sonrisa desafiante!, como si rehusara ser rebautizado y se negara
a ser desplazado así nomás del paisaje interno mesiánico,
en el cual ya se sentía a sus anchas.
Con el culebrino cosquilleo de un escalofrío sobre la epidermis
de su espalda, Dario-Silas se vio en la necesidad -no en el deseo- de hacer
algo urgente. Por suerte tenía unos libros de Gurdjieff y Ouspenski
a mano; y en los textos de los dos esotéricos rusos encontró
técnicas que él sintió, lo conectaban con niveles
muy superiores y, finalmente, Silas ganó la batalla y el ensabanado
del espejo volvió a sonreír la sonrisa de él; la satisfecha
y orgullosa.
"Silas, Silas, Silas"… por cada repetición más se convencía
de poseer un apodo sonoro, original y capaz de lanzar una poderosa e inequívoca
señal redentora a la humanidad. En medio del éxtasis no dejo
de pensar: ¿Qué habría sido de mí, de no haber
tenido a mano los libros de Gurdjieff y Ouspenski…? Ahora puedo ofrecer
altos niveles de conciencia y transmutaciones a mis futuros discípulos.
Sucedió entonces, como consecuencia de su trabajo evolutivo,
que la sábana comenzó a parecerle un tanto estrafalaria.
Era necesario proveerse de otra tenida, menos casera y más de acuerdo
con el ministerio a emprender. En una ferretería cercana adquirió
por un precio muy módico un overol blanco, de esos que antaño
se usaban para trabajos manuales. Y al ponerse esta indumentaria laboral
no se sintió en absoluto estrafalario; todo lo contrario, se sintió
tan serio, que inmediatamente se dio a practicar poses de iluminado espiritual
frente a su fiel espejo.
Entre los vecinos y amigos del barrio consiguió Silas sus primeros
seguidores. Hacia afuera se las daba de anticristiano, para mostrarse nuevo
y distinto, pero no bien podía se las arreglaba para parecerse al
Mesías Nazareno.
Como los medios de comunicación no le prestaban la mínima
atención Silas pergeño una serie de astutas ideas con el
fin de promoverse. "Miente, que siempre va a quedar algo" había
dicho Goebbels, el sagaz ministro de propaganda del Fuhrer. Inspirado por
tal idea fuerza, se lanzó a escribir acerca de sí en distintas
situaciones; arengas a masas, conversaciones de toque místico con
"gente del pueblo", diálogos filosóficos con discípulos…
todo existente sólo en sus ensueños y en un montón
de hojas por él escritas y llamadas Silas y la liberación.
Importante: Escribía como si fuera otro el escritor; elogiando y
ensalzando su propia persona; un trucazo (a su ver) del cual nunca se iría
a desapegar.
Antes del lanzamiento público hizo circular el cuento de haber
meditado semanas enteras en las montañas andinas en busca del sentido
de la vida. El cuento apuntaba a imitar los días de Jesús
en el desierto. La verdad es que Silas embutido en su overol blanco, fue
transportado oculto en el asiento trasero de un automóvil, para
que los pocos presentes a su debut no se percataran, que venía desde
una ciudad - y no de frías y meditativas montañas. Terminada
la magistral arenga, titulada Como curarse de sufrir, el
reciente mesías lanzó la corona de espinas de Jesús
a los oyentes, pero ¡ojo! ,esta vez la corona era de flores y hecha
por él mismo. Con esta enternecedora simbología, Silas había
dado su respuesta a la crisis de la humanidad.
Foto auténtica
Silas con su overol blanco
salvando a la humanidad,
luego de bajarse del auto
que lo transportara a las montañas, donde había "meditado"
por meses
3) Los dos mesías
Fue cuando envió a sus discípulos a tapizar las paredes de
la ciudad con la inscripción "Silas es bueno", que se llevó
la gran sorpresa. Al salir al otro día para deleitarse con la leyenda
de los muros, se encontró conque al lado de cada "Silas es bueno"
había un "Silo es benignísimo". Choqueado, con los acostumbrados
ojos protuberantes y las manos temblorosas, Silas rememoró la sonrisa
insubordinada del ensabanado del espejo. ¿Cómo podía
ser posible? Si él había usado técnicas surgidas desde
elevados niveles de conciencia para hacer que el rebelde sonriera la sonrisa
de él; la satisfecha y orgullosa. No en balde había escrito
un cuadernillo titulado Silas y su enseñanza popular, en donde se
describía a sí como "el sonriente". Además ya no usaba
mas sábana, sino un overol blanco muy serio. Era como si el pasado
no estuviera integrado y se empeñara en perseguirlo. No era fácil
llegar a una conclusión; era su propio pasado frente al espejo que
se había encarnado, o algún otro gurú de esos que
andaban por ahí dando falsas respuestas a la crisis, o Gurdjeff
y Ouspenski que le habían fallado…. o el "sistema" que intentaba
detenerlo, para que las naciones y los pueblos continuaran sufriendo.
Sus discípulos, denominados Los Niños Dichosos de Silas
desde la arenga que curaba el sufrimiento, se dirigieron a él en
busca de guianza.
-Papá Silas, indagó el mas avanzado de ellos, tenemos
un problema grave; nos ha salido competencia y…
Silas interrumpió simulando control sobre la situación.
-¡Ya estamos al tanto!
Un murmullo de admiración cubrió al grupo reunido. Papá
Silas ya sabía lo que le iban a preguntar.
Silas prosiguió. -Es importante esclarecer, no confundir. Y
un nuevo murmullo de estupefacción surgió ante la increíble
lógica del maestro. -Lo de "Silo es benignísimo" nos tiene
sin cuidado. Ese tipo de sectas son precisamente un síntoma del
abismo al que la humanidad se acerca a pasos agigantados. Pero que se sepa
muy bien en cada nación del mundo, en cada rincón de la tierra:
¡Nosotros no somos ellos! ¡Nosotros somos otra cosa!
Los Niños Dichosos asintieron, ajustaron grabadoras y tomaron
notas en cuadernos.
-Nosotros vamos a ser muchas cosas hacia afuera ¡Pero seguiremos
siendo los mismos para nosotros mismos! Arengó Silas, inspirado.
-Qué ingenioso, papá Silas, pero qué ingenioso,
realmente increíble de ingenioso, acotó un discípulo
de los más brillantes.
-Exactamente, confirmó Silas, inventaremos todo tipo de disfraces
para hacer que más y más gente goce de los beneficios de
ser un Niño Dichoso de Silas. Nada nos detendrá, no habrá
límites para nuestra capacidad de pantalleo!
Un joven, que no era discípulo y se encontraba por casualidad
en el local de la reunión, formuló inocentemente las siguientes
preguntas: -Pero… ¿por qué no ser lo que se es? ¿Por
qué es necesario mostrarse como otras cosas?
-Nosotros no operamos así. ¡Nosotros operamos de otra
manera! Contestó Silas, y luego agregó muy disgustado: -¡Aquí
tenemos un "contra"!
El joven fue sacado a empujones de la reunión.
-Sinteticemos, dijo Silas, ahora en tono de padre cariñoso al
ver tal demostración de incondicionalidad. -El tal Silo no es nada
mas que un fenómeno pasajero, una burda imitación de nuestro
trabajo, que desaparecerá cuando los pueblos se unan en torno a
nuestra doctrina del no-dormir y del no-sufrir. ¡Ahora a trabajar!
Y los Niños Dichosos salieron de la reunión a las calles
dispuestos a despertar a los transeúntes y a curar a la humanidad
del sufrimiento - a punta de panfletos.
Una vez solo, Silas sonrió su satisfecha y orgullosa sonrisa.
Pero el extraño e inexplicable fenómeno que iniciárase
frente al espejo continuó persiguiéndolo. No bien Silas había
escrito el librito Jaque al mesías, en donde se comparaba
abiertamente con Jesus, apareció Mesías de a peso de
Silo. Lo mismo sucedió con otro librito titulado La mirada
interna, que fuera imitado por Silo con La mirada para adentro.
Y cuando Silas lanzó el marxistoide Poder Joven pregonando
la revolución total mas el poder total a manos del pueblo, Silo
apareció con algo parecido; Poder Juvenal. Silas (un
amante del "totalismo") vaticinó la caída total del sistema,
el caos y la barbarie en las calles de las ciudades del mundo… y Silo salió
entónces con exactamente el mismo vaticinio. Iracundo Silas declaró,
que era objeto de un complot orquestado por el sistema… y Silo se declaró
él y su secta como todavía mas perseguidos por exactamente
el mismo sistema. Los tiempos cambiaron y las revoluciones cayeron en desprestigio,
lo cual hizo que Silas entre otras cosas intentara el
Instituto Síntesis
y la Religión Interior para sólo descubrir
el Instituto de Sintetización y la Religión
Introvertida de Silo!
Intento tras intento Silas se vio imitado por la imagen que otrora
hubiera querido erradicar de su espejo.
Foto auténtica
Papa Silas, en su color favorito, arengando a Los Niños Dichosos
de su secta
4) La guerra de los mesías
Un buen día, un tan hastiado como desesperado Silas embutióse
nuevamente en el querido overol blanco de sus primeros pasos mesiánicos,
y se ubicó frente al espejo. Ya era hora de hacer algo definitivo.
Su ultimo intento público,
La Comunidad para el desarrollo
del ser humano, en donde él y sus Niños Dichosos
rechazaban enfáticamente toda actividad política, lo había
hecho vislumbrar los globos, las banderas, las camisetas, los saludos hitlerianos
con brazos extendidos y manos formando signos… todo aquello con lo que
había soñado despierto desde niño. Pero Silo, siempre
acechante, lo había emulado implacablemente con una construcción
casi idéntica;
La Junta para la evolución de los humanos.
No quedaba pues otra salida, que hacer un trabajo de corte auto-transferencial
e integrar de una vez por todas a ese irritante contenido de su pasado.Y
frente al espejo Silas se conectó con su propia imagen, hasta que
poco a poco el overol se transformó en sábana… y ahí
estaba Silo; con los mismos ojos de camello ofendido de aquella vez, cuando
se negara a ser rebautizado.
-Yo soy el que existo. ¡Tú no existes! Silas abrió
el proceso transferencial, duro e increpando.
-Falso, respondió Silo con convicción. ¡Yo existo
porque tú existes!
-Yo no soy tú. ¡Yo soy yo! Atacó Silas.
-Falso, contraatacó Silo. ¡Tú eres yo y yo soy
tú!
Silas decidió cambiar de táctica. La retórica,
que le daba tan buenos resultados entre los Niños Dichosos de su
secta, se veía rebatida dentro del mismo sistema de razonamiento.
Con su característico vuelo poético declamó: -Eco
de un eco, sombra de una sombra… nombrador de mil nombres ¿Por qué
no te pones otro nombre?
-Pavadas, dijo Silo, pavadas de las que yo escribo a carretadas para
los pelotudos de mi secta.
Silas se llevó una mano al mentón; acostumbraba pregonar
la reconciliación… ¿por qué no intentarla? Abrió
los brazos mostrando las palmas al espejo: -He venido a integrarte, a conciliarme
contigo, para que ambos nos hagamos uno y unidos salvemos a la humanidad
de la venganza.
-¡Esos cuentos los conozco demasiado bien! -Silo se rió.
El estupefacto Silas no supo qué decir.
-¡Tú eres el que no existe! Prosiguió Silo. Yo
soy el que te observo a ti en el espejo. ¡Tú tienes la sabana
encima y yo el overol blanco! Y Silo soltó carcajadas diabólicas
haciendo saltar panza y papadas.
Silas se sobresaltó, escalofríos le recorrían
la espina dorsal desde el cerebelo al boquete anal. Finalmente su cuerpo
ganó la batalla y huyó despavorido, como alma arrebatada
por el diablo. El proceso transferencial había fracasado.
Pasaron los años. Y como La Comunidad demostró ser otro
fracaso, no le quedó otra cosa a Silas que subirse a la ola
ecólogo-humanista tan en boga. Y usando naturalmente los elementos
mas clichés de los planteos ya existentes, armó un partido
político; El Partido Humanista de Silas. Con esto
del partido se contradecía groseramente todo lo dicho por la La
Comunidad - y todo lo dicho antes de ésta. Pero sus propias contradicciones
nunca fueron un problema para Silas, él se sentía llamado
a solucionar solamente las contradicciones de otros.
El partido dio sus mejores resultados en donde no fue investigado.
Porque donde se lo sometiera a la mínima evaluación fue declarado
una secta barata. Bueno… pero lo importante obviamente no era el partido,
sino que el show orquestado con camisetas, globos, saludos hitlerianos
y la adulación incondicional de Los Niños Dichosos de Silas.
El sueño del pibe; si Nerón y Calígula lo vieran,
pensaba Silas muy regocijado, sentirían con toda seguridad algo
de envidia. Y el gran Furher lo admitiría como un miembro aceptado.
¿Pero quien dijo que éste es un mundo perfecto? Hasta
un astuto como Silas tiene que enfrentar los obstáculos de la caprichosa
dinámica de la existencia. La felicidad habría sido completa
sino fuera porque el Partido Humanoidizante de Silo también
circulaba por las calles, imitándolo, plagiándole sus excelentes
ideas. Y peor aún, aconteció una vez que al final de un acto
en su propia ciudad, un discípulo que hubiera trabajado ya bastantes
años entre sus Niños Dichosos, le dirigió la siguiente
pregunta:
-¿Cómo nos podemos definir nosotros en este momento de
proceso, papá Silo?
La pregunta era la clásica bobada de discípulo bobo,
de las cuales recibía cientos a la semana, pero…. ¿papá
Silo?! ¿No papá Silas? Casi se le salieron los ojos del cráneo.
-¡Nosotros no somos ni Silo, ni los siloistas! Prorrumpió
Silas enrabiado.
-¿Cómo… que acaso no somos Silo y los siloistas, papá
Silo? Balbuceó el discípulo a todas luces sorprendido.
-¡Nosotros no somos ellos! ¡Nosotros somos otra cosa! Arengó
Silas.
-Papá Silo, perdón… papá Silas, no entiendo, necesito
esclarecimiento…!
Silas sacó una de sus carcajadas, de esas que demuestran mucho
control situacional, y precisó la gran diferencia existente entre
él - y todas las otras falsas respuestas a la crisis de la humanidad.
El monólogo esclarecedor, de cuatro horas, pasó a los archivos
como la La Charla Esclarecedora y Prohibida Número 1.893. Mas tarde,
ya finalizada la reunión, Silas ordenó a sus Niños
Dichosos más fieles expulsar inmediatamente al discípulo
de la pregunta; el cual tenía que ser un infiltrado de Silo, un
contra o, muy probable, un resentido que no había entendido nada.
5) El triunfador de la guerra de los mesías
Inmediatamente después del desagradable incidente Silas, envalentonado
por lo bien que le estaba resultando el Partido Humanista de Silas, tomó
una dramática decisión. Costara lo que costara ¡nunca
mas! el copión de Silo le sabotearía el proceso de redención
del mundo, que él guiaba de manera tan pulcra y sublime. Desenterró
entonces su viejo atuendo místico de un baúl; el overol.
¡Cómo lo echaba de menos… a su blanco overol! En los actos
en su honor que organizaban los Niños Dichosos se vestía
a menudo de camisa y pantalones blancos, pero en su interior, en su paisaje
interno, él seguía sintiéndose investido de su flamante
overol. De pasó ensoñó Silas, que algún día
aquella humilde ferretería pasaría a la historia por haber
vendido, a un módico precio, el atuendo del mesías de la
Nueva Era. Pero bueno, era hora de rechazar el apego a los recuerdos y
encarar transferencialmente a ese contenido biográfico, que por
alguna razón, para él desconocida, se negaba a integrarse.
Se relajó profundamente, de pie frente al espejo, y al abrir
los ojos se encontró con la sábana, la mirada y la voz conmovida
de Silo, que le decía:
-¡Padre…!
-¡Hijo…! Exclamó Silas invadido por una súbita
emoción. Después de todo, él era el creador de Silo.
-Padre, si me has creado a tu imagen y semejanza… ¿por qué
me reniegas?
Silas no pudo encontrar palabras para responder.
-Solo una sábana y un overol nos separan. En todo lo demás
nos parecemos tanto.
Silas seguía pensativo.
-Querido padre, dijo Silo en tono de ejemplar hijo pródigo,
estás sensiblero y confuso. No sirves para la misión de mesías.
Retírate, déjame a mí, que estoy lleno de trucos y
astucia para salir adelante.
¡Ahá! Aquí Silas cayó en cuenta. El ladino
y truquero de Silo (¿a quien habría salido?) intentaba ablandarlo
¡para apropiarse de su trabajo! -Sólo hay lugar para un mesías,
dijo Silas, dándose el aire de efectividad con el cual impresionaba
en su secta.
-¡Y ese mesías soy yo! Afirmó Silo.
-No. ¡Ese soy yo! Contraafirmó Silas.
-No. ¡Soy yo! Insistió Silo.
-No. ¡Yo! ¡Yo! Insistió Silas también.
-¡Paz es fuerza! ¡Vade retro! Arremetió Silo.
-¡Paz, fuerza y alegría! Contraarremetió Silas.
Así siguieron… imprecándose y conjurándose el
uno al otro. Un verdadero duelo. Silas y su overol contra Silo y su sábana.
Mesías versus mesías.
Silas pensó rápidamente; la única manera de deshacerse
de Silo era implantando en el espejo su propia imagen, con overol. De manera
que cerró los ojos y se tapó los oídos. Usando todo
su poder transferencial, se configuró a sí en el espejo;
sin sábana, con overol. ¡Silas y no Silo! Gritó Silas
a todo pulmón. Cuando abriera los ojos, el otro y su sábana
habrían desaparecido para siempre. Finalmente abrió los ojos.
Y ahí estaba Silo rascándose la sábana a la altura
de la panza.
Impotente, a sabiendas de que había perdido la batalla, Silas
agarró a lo que es patada el espejo hasta destruirlo completamente.
Acto seguido salió disparado de la pieza.
Cuando tiró su overol al baúl en que acostumbraba guardarlo,
le pareció como más plano al tacto y más largo, sin
bolsillos ni botones…. ¡¿Cómo una sábana?! Los
escalofríos comenzaron a recorrer su epidermis. ¿Acaso había
sido Silo, el real triunfador de la lucha? Acaso en realidad él
y su overol se encontraban ahora repartidos por el piso de la otra habitación,
insertados en los restos del espejo que hubiera destruido a patadas A lo
mejor él no era mas Silas, sino que Silo. Los escalofríos
continuaron. No, mejor era no abrir el baúl, no comprobar si en
su interior había un overol… ¡o una sábana!
6) Epílogo
El mismo Dario Rodrífulez, Silas, lo ha dicho incontables veces:
Vivimos en un mundo lleno de confusión. Y por esa razón y
no otra (según él) cada tanto alguien se equivoca y lo confunde
con Silo. En estas situaciones Silas niega enfáticamente ser Silo.
-¡Papá Silas existe! ¡Silo no existe! Arenga Silas
periódicamente a sus discípulos para que no se confundan,
para que estén muy concientes de gracias a quien están salvando
a la humanidad.
Dario Rodrífulez, Silas, practica la difícil tarea de
huir de su pasado. Se podría decir que hasta parece resentido con
sus primeros pasos mesiánicos, de los cuales quiere olvidarse en
la creencia de que todo el mundo también se va a olvidar. Odia que
por ejemplo le pregunten: ¿Qué pasó con la caída
del sistema que anunciara por años de años? ¿En qué
quedó su mensaje, al comienzo destinado solamente a los fracasados?
¿Por qué no nombra más al Shiloh de la Biblia? ¿Por
qué no usa más su overol blanco, con el cual comenzara su
carrera? En fin, son tantas las preguntas que Silas rehuye.
Pero su mayor temor es otro; es descubrir que dejó de ser Silas
y que en realidad él ahora es Silo, el ensabanado de sus primeros
tiempos. Y por esa horrorosa razón Silas evita exponerse al reflejo
de su propia imagen en espejos, vitrinas de tiendas, pozas de agua, planchas
metálicas de textura muy lisa y brillante… sí, como en los
cuentos de vampiros; esos seres parasitarios que vivían de la sangre
de otros, de la vitalidad de otros.
7) Moraleja
No es fácil ser mesías. Y para intentar serlo se recomienda,
como mínimo, dar pasos correctos desde el
comienzo y también, muy importante; no cambiar una sábana
casera… ¡por un overol de ferretería!
Enlaces con el mismo temas:
http://infolatria.tripod.com/evesc/novedades.htm
http://habitantes.elsitio.com/sectas/NOMBRES.HTML
http://www.ctv.es/USERS/ecabal/secta.html
http://personal.redestb.es/ais/fitxes2.htm
http://www.sectas.org.ar/sectaaz.html
http://jdemarcos.tripod.com/links.htm
http://moon.inf.uji.es/~roc/a13/a13.htm
http://www.gratisweb.com/pnemesis/index.html
http://www.gratisweb.com/pnemesis/sentido.html